¿CUÁL ES TU INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Esta semana os vamos hablar de un tema de actualidad y muy interesante para todas las edades, la inteligencia emocional.
Se habla mucho de ello y hay mucha información acerca de este tema, pero…
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La inteligencia emocional se define como la habilidad o la capacidad que tenemos para percibir, comprender, manejar y utilizar nuestras emociones.
El buen uso de la inteligencia emocional, nos servirá para llevar unas mejores relaciones con los demás, con nuestro entorno y con nosotros mismos y así poder gozar de una calidad de vida plena.
Howard Gardner y Daniel Goleman, son dos de los principales autores que han tratado este tema. Nos vamos a centrar en sus estudios para explicaros brevemente las claves para poder tener una buena calidad de vida.
Según Gardner, psicólogo estadounidense, existen 8 habilidades mentales que conforman la Teoría de las Inteligencias Múltiples, y en dos de ellas, la inteligencia intrapersonal y la interpersonal, a las que Daniel Goleman les ha dado nombre de inteligencia emocional, son las cuales debemos prestar especial atención.
Estas 8 habilidades de las que hablamos son:
- Inteligencia lingüística
- Inteligencia lógico-matemática
- Inteligencia espacial
- Inteligencia musical
- Inteligencia corporal
- Inteligencia intrapersonal
- Inteligencia interpersonal
- Inteligencia naturalista
En varios de sus libros, Goleman nos explica que parte de nuestra inteligencia emocional (o su capacidad) se encuentra en nuestra propia genética. Es decir, se puede activar y desactivar, dependiendo del entorno emocional y social en el que nos desarrollemos.
Palabras de Daniel Goleman: “En el mejor de los casos, el CI (coeficiente intelectual) parece aportar tan sólo un 20% de los factores determinantes del éxito”.
Cada uno de nosotros tenemos desarrolladas estas inteligencias en función de cuanto las hayamos utilizado. Y no sólo hay que tener en cuenta el CI, sino que también hay 3 factores muy importantes a tener en cuenta para poder desarrollarlas.
1) Dotación biológica: incluyendo los factores genéticos o hereditarios y los daños o heridas que el cerebro haya podido recibir antes, durante o después del nacimiento.
2) Historia de vida personal: incluyendo las experiencias con los padres, docentes, parejas, amigos, otras personas que ayudan a hacer crecer las inteligencias o las mantienen en un bajo nivel de desarrollo.
3) Antecedente cultural e histórico: incluyendo la época y el lugar donde uno nació y se crió, y la naturaleza y estado de los desarrollos culturales o históricos en diferentes dominios.
Tanto Goleman como Gardner en sus trabajos nos hablan de los siguientes rasgos de nuestra personalidad para trabajarlos de manera objetiva y siendo críticos y sinceros con nosotros mismos.
- Autoconciencia: Darnos cuenta o saber reconocer nuestras emociones y no dejarnos llevar por ellas. Fortaleza mental.
- Consciencia: aprender a ser más conscientes de lo que está sucediendo en nuestro interior y aceptar el poder de nuestra vulnerabilidad.
- Autoanálisis: aprender a evaluar nuestras emociones y ser capaces de identificarlas; observar dónde está nuestro enfoque o hacia dónde estamos dirigiendo nuestra atención. De ese modo, podremos comprender de donde surgen esas emociones.
- Autocontrol: la capacidad para no reaccionar y saber medir tu paciencia. Aprender a darse un tiempo para respirar, reflexionar y tomar distancia de una situación. Así lograremos tener una mejor perspectiva y un mayor control emocional.
- Empatía: en ocasiones estamos tan enfrascados en nuestros propios problemas, o nuestro ego se empeña en tener razón, que nos quedamos encerrados en un túnel con una sola visión. Dicho de otro modo: perdemos la capacidad de comprender el punto de vista de los demás o el por qué de una situación. Sin duda, la empatía es necesaria para reconocer los sentimientos de los demás, eliminar la indiferencia y aumentar nuestro nivel de comprensión.
- Automotivación: aprender a dirigir nuestra atención hacia lo que sí deseamos, hacia metas y objetivos a los que aspiramos. Si no tenemos objetivos positivos hacia los que dirigir nuestra atención, nuestra mente se centra en los problemas, en los obstáculos y en todo lo que no funciona. De ese modo, se nos hará muy difícil superar los momentos difíciles.
En definitiva, la inteligencia emocional nos ayuda a controlar mejor nuestros estados de ánimo, a salir más rápidamente de espirales destructivas, a mejorar nuestra relación con nosotros mismos y, por tanto, con los demás. Por eso es importante trabajarlas bien desde edades tempranas, ya que nos permitirá ver las cosas de forma más positiva. Y, sobre todo, no olvides que las personas con una mayor capacidad de gestionar sus emociones tienen más oportunidades y más éxito en el ámbito profesional.
En el siguiente link podéis hacer un test que, de forma orientativa, nos dice en qué punto nos encontramos de desarrollo de inteligencia emocional nos encontramos.
https://www.psicoactiva.com/test/test-de-inteligencia-emocional.htm
“Mi hijo no habla